De fiesta con EquilibrArte

Bailarines de la agrupación Alma de México

Hay al menos cinco razones por las cuales darle a la asociación EquilibrArte las gracias por su celebración del Día Internacional de la Danza, este sábado 30 de abril, en el Centro Cultural Carlos Acereto:

* Porque el programa se notó diseñado para realmente dar a bailarines de diferentes géneros y rumbos de la ciudad, municipios y estados la oportunidad de festejar su arte sin convertirlo en una reunión de cuates de los organizadores ni un panegírico de sí mismos o, peor aun, de cuán comprometidas con el arte están las autoridades locales.

* Porque agrupó a los géneros en dos bloques según la cercanía de estilos: el primero, que abrió la jornada a las 5 de la tarde, incluyó danza clásica, neoclásica, contemporánea y jazz, y el segundo, a partir de las 7:30, estuvo dedicado al folclor.

* Dio opciones de acceso al público, que pudo elegir entre ellas según sus intereses artísticos y economía: la asistencia a sólo un bloque, $30; a los dos bloques, $50; a la presentación de clausura de “Memoria de pez rojo” por A Poc A Poc, $60, y a todo el programa, $90.

* Porque demostró respeto por el público y por los bailarines al imprimir programas de mano (una costumbre en creciente desuso) y presentar los números con información sobre el año de fundación de la escuela o agrupación, el nombre de su director y su propósito artístico. Como maestro de ceremonias, Miguel Flota, integrante de EquilibrArte, evitó el elogio fácil y la floración de adjetivos y proporcionó datos objetivos y útiles sobre los invitados.

* Porque dio la oportunidad de conocer el talento de chicos como los de la Academia de Danza Claybé, de Temax, que actuaron con una vivacidad que a veces se echa en falta incluso en profesionales y sorprendieron con saltos gimnásticos; los del Taller de Danza de la Universidad Tecnológica Metrpolitana, fundado hace más de un año y que trasladó al público al México revolucionario con una puesta en escena que justificó los bailes con canciones como “La Adelita”, “La cucaracha” y “Marieta”, y los del grupo Alma de México, que ofreció una energizante interpretación de danzas norteñas. A Zizinette Maravé se le agradece haber asumido el riesgo de presentar una coreografía contemporánea que obliga al espectador a salir de su zona de comodidad y buscar la conexión con un paisaje de movimientos que se desarrolla sin música.

Hay que esperar que en una próxima edición se pueda agradecer también la elección para la clausura de una coreografía que no requiera tanto tiempo de preparación del escenario, pues 40 minutos después de la conclusión del segundo bloque todavía no se anunciaba el inicio de la actuación de A Poc A Poc y, aun con el acceso a todo el programa ya pagado, el cansancio impuso a quien esto escribe la retirada.