Laura Alonso: “El amor hace milagros”

La maestra Laura Alonso con una integrante del ballet del Centro ProDanza, en el Teatro Armando Manzanero

En casa de los Alonso las discusiones poco se parecían a las de las demás familias. Ahí se confrontaban ideas creativas. “La luz va a ser azul o más bien roja; el decorado debe tener la puerta más para allá o más para acá… Eso, ¡ay!, es tan lindo”, dice la maestra Laura Alonso, directora desde 1988 del Centro de Promoción de la Danza, ProDanza, de Cuba.

Luis Antonio Núñez Ariosa como Drácula.
Fotografía cortesía de Fidel Interián Jiménez

“Toda mi familia es artista”, recuerda la hija de Fernando y Alicia Alonso, quienes, más allá de la técnica de la danza, le dejaron como mayores enseñanzas la “ética, disciplina y poder soñar”.

Pasó tanto tiempo desde la ocasión anterior que el Ballet Laura Alonso de ProDanza estuvo en Mérida que su visita de finales de septiembre pasado se sintió como un primer encuentro. El Teatro Armando Manzanero acogió a la más reciente generación de bailarines de la institución, que el sábado 29 y domingo 30 ofreció cuatro funciones de “Drácula”, coreografía de Nana Badrena con guión de Laura Alonso.

Patricia Hernández Ortega como Mina.
Foto cortesía de Fidel Interián Jiménez

La obra fue creada hace una década y abreva tanto de la novela de Bram Stoker como de la versión cinematográfica de Francis Ford Coppola. Sin embargo, no esperen un final fiel a la historia original porque, como señala la directora, “el amor hace milagros”.

“Para mí ‘Drácula’ es una historia de amor. Es el amor de él por la mujer. Cuando uno se pone bravo dice: ‘Vi rojo’. Pero cuando uno pierde a un ser que quiere mucho todo se pone negro y el dolor es tan profundo que hay que tener cuidado, porque hay veces que nos volvemos en contra de los otros seres humanos, queremos que les duela como nos está doliendo”.

Pável Pérez como Renfield. Foto de Fidel Interián Jiménez

“Es lo que le pasa a Drácula. Se faja contra todos por el dolor que siente. Cuando la vuelve a encontrar se le quita eso. Yo pienso que pudiera llegar a reivindicarse”.

Esas afectaciones a la personalidad exigen del elenco un compromiso interpretativo. A un bailarín “si no se le pone actuación entonces lo único que hace es salto alto, salto largo.., atletismo”, advierte la maestra Alonso. “Hay que actuar para hacerlo más completo”.

Aunque “Drácula” es la única obra que presentará en su gira por México –que el domingo 11 de noviembre hará nueva escala en Mérida, con una función a las 6 p.m. en el Manzanero, y finalizará el 17 de noviembre en Ciudad del Carmen, Campeche–, la compañía tiene un repertorio variado de obras clásicas (“Don Quijote”, “Coppelia”, “La fille mal gardée”, “El lago de los cisnes”) y de creación más reciente. Entre estas últimas están “Chevalier”, de Héctor Figueredo, sobre un mulato antillano, y “Yarini”, una historia cubana con música de Edesio Alejandro y coreografía de Iván Monreal Alonso, hijo de la directora.

La maestra Laura Alonso

Iván representa la cuarta generación de una estirpe vinculada a la danza que comenzó con la pianista Laura Rayneri, mamá de Fernando y Alberto Alonso y promotora, en calidad de presidenta de la Sociedad Pro Arte Musical, de la visita a Cuba de respetadas compañías de ballet. 

Con tal herencia artística de su abuela, sus padres y su tío, es lógico que el apellido Alonso ejerza presión sobre Laura. “Si te sale bien, ‘claro, ella es la hija, ella es la Alonso’… Si te sale mal, ‘parece mentira…’. Vaya, nunca quedas bien”, admite la maestra.

“Yo puedo estar orgullosa de lo que mi familia ha hecho, pero eso lo que me da es mayor responsabilidad. Porque los méritos de ellos no son los míos. Yo me puedo sentir orgullosa de ellos, pero mis méritos me los tengo que ganar”.

¿Y cuáles son éstos? Después de unos segundos en silencio, la maestra responde: “Ay, no, a mí eso me da vergüenza (ríe). No, no, no. Yo lo único que puedo decir es que yo hago lo que me gusta, yo sigo bailando a través de mis alumnos, creo arte, me encanta, viajo el mundo y por todo eso que me gusta me pagan. ¿Viste?”.