Vecinos de Juan Pablo II viven "una experiencia única"

La comparsa del fraccionamiento Juan Pablo II en el Lunes
Regional del Carnaval. Foto cortesía de Adriana Carrillo
Su oportunidad para ganar era una sola. Una única noche, una única actuación. Y los vecinos del fraccionamiento Juan Pablo II lo consiguieron ese lunes.

Detalle del vestido de la soberana,
hecho con hoja de elote y granos
de maíz pegados a mano
En el desfile regional del Carnaval 2017, la comparsa del poniente de Mérida se dedicó a “tirar la casa por la ventana, porque tenemos que brillar ese único día”, recuerda su responsable, Manuel Guillermo (Memo) Campos Góngora. Su trabajo fue recompensado con el primer lugar de esa categoría, una de las tres en que se dividió el concurso.

El grupo de Juan Pablo II compitió en todas las categorías, que en el caso de la general y la infantil se evaluaron en dos etapas: en la presentación en el escenario instalado en el parque de la colonia Alemán, en la que se obtiene el mayor porcentaje de la calificación y que este año fue el 18 de febrero, y en el derrotero de los desfiles en Plaza Carnaval. En la regional todos los puntos se otorgaron el lunes de la fiesta, dedicado a las tradiciones de la Península.

“No hay mejor premio que el público te diga: ‘Guau, me gustó tu comparsa’. El jurado puede ver algo, pero la gente tiene otra perspectiva. Para mí es un gran regalo, una satisfacción. También, que mi gente diga: ‘¿Sabes qué? Me la pasé increíble’”, confiesa Memo.

Hace tres años inscribió por primera vez al grupo de Juan Pablo II en la competencia y en
La reina Estefanía con Manuel Guillermo Campos
(izquierda) Gaspar Efraín Bacab, coordinador de
la categoría regional de la comparsa. Foto de cortesía
su debut obtuvo el tercer lugar de la prueba general. Memo ya tenía experiencia participando en las fiestas del Carnaval, primero en su escuela y después concursando en la celebración municipal con la comparsa de la Castilla Cámara, de la que él y su hermana Jéssica fueron reyes.

En esta edición sumó fuerzas con Gaspar Efraín Bacab Uitz y entre ambos integraron el comité directivo de la comparsa, para la que se encargaron de diseñar el vestuario y maquillaje y crear las coreografías: Memo, los bailes de las categorías general e infantil, y Gaspar Efraín, de la regional.

El desfile en Plaza Carnaval. Foto cortesía de Adriana Carrillo
Treinta y seis pequeños (33 niñas y tres niños) de 6 a 12 años dieron vida a la “Fantasía del mundo rosa”, que se inspiró en la imagen de la Pantera Rosa y los caballeros británicos. Los mayores de 13 años, que en total fueron 34 (22 mujeres y 12 varones) encarnaron a las “Aves del Caribe” y, el Lunes Regional, a “Yum Kaax” con vestuario maya estilizado confeccionado en manta con hojas de elote y granos de maíz y decorado a mano.

Se elaboraron en total 102 trajes, más sus penachos y las espalderas de los reyes de cada categoría, que fueron elegidos en concurso interno: Johana y Luis, en el grupo infantil; Estefanía y Eddy, el regional, y Angélica y Ángel, el general.

Para conformar la comparsa, Memo lanzó en octubre pasado la convocatoria en redes
Memo con uno de los penachos
de la comparsa regional
sociales, por mensajes y con distribución de volantes en el Paseo Verde, en cuyo estacionamiento del Módulo 6 comenzaron a ensayar a mediados de noviembre casi dos horas diarias los lunes, miércoles y jueves, y el grupo infantil, casi tres de viernes a domingo.

Quienes se interesan en participar reciben un reglamento “porque a veces hay malos entendidos”, explica Memo. Ahí se precisan entre otras cosas los requisitos de inscripción, sanciones por retardos, prohibición de modificar el vestuario, uso de los teléfonos celulares en los ensayos y el destino del premio en caso de obtenerlo (la mitad se entrega al comité y con la otra se prepara una fiesta para todos los integrantes). 

“Cuando sentía que estaban tensionados porque estaba cerca el día (de la competencia) nos poníamos a jugar, llevábamos un balón, corríamos, hacíamos relajo y después ensayábamos. Me gusta hacer las cosas bien, pero sé que (los integrantes) son muchachos que vienen de la escuela, vienen a divertirse, distraerse, pasarla bien”, señala Memo.

“Ser rey es una responsabilidad grande. Trabajan la decoración de sus espalderas, nos vienen a apoyar, están al pendiente de su gente. De entrada tienen que estar puntuales, animar a la gente a no faltar, son el ejemplo a seguir”, afirma.

La comparsa "Aves del Caribe" en el Martes de Batalla
“Hay gente que nos apoya y a la que le gusta el baile. Unas de ellas son mi mamá y mis hermanas Jéssica y Johana, y mi papá nos ayuda a grabar, con las aguas, las fotos. Dice que no le gusta, pero está metido igual en todo esto…”, dice riendo.

Memo, expositor y capacitador de Dance Fitness, señala que “admiro a mis compañeros, a las otras comparsas; me gusta que me digan en qué fallé porque lo voy a mejorar, toda crítica es constructiva”.

“Yo sin la comparsa no soy nadie; ellos pueden hacer maravillas sin mí y sin el maestro
Efraín... Para mí ellos son lo principal, gracias a ellos llegamos a un lugar. Cada año le digo a los muchachos: ‘Diviértanse al máximo, no se preocupen por el concurso. El que se estresa soy yo, ustedes pásenla bien’. Es una experiencia única”.


Con todo el esfuerzo que requiere ser responsable de un grupo de baile en el Carnaval, ¿por qué seguir haciéndolo? “Por gusto y pasión al Carnaval, al baile… Yo me dedico al baile todo el año, en el Carnaval me desestreso. Agradezco tener una familia que me apoya, no hay nada más bonito que ellos bailen lo que estoy haciendo, esa parte es lo mejor”.

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