Regresan cargados de experiencias

Alec Reyes Manzo, Braulio Fernández Manzanilla, Jorge Emilio Peña de la Canal y Valentina Avilés Magaña,
quienes participaron en las finales del Youth America Grand Prix, en Nueva York. Fotos de cortesía

No desistir de la consecución de sus metas, continuar puliendo la técnica y disfrutar cada momento del proceso son algunas lecciones que la participación en las finales del Youth America Grand Prix (YAGP) dejó a cuatro ex alumnos de escuelas de danza de Yucatán que ahora cursan estudios en Córdoba.

Alec y Valentina, en Nueva York. Foto de cortesía
Alec Reyes Manzo, Jorge Emilio Peña de la Canal y Valentina Avilés Magaña, quienes comenzaron su formación en Milne Academia de Danzas, y Braulio Fernández Manzanilla, en Danza de Alto Rendimiento (DAR), viajaron en abril pasado a Nueva York para competir como solistas, en dúo y en grupo en la última etapa del certamen anual, que desde 1999 contribuye al crecimiento de jóvenes talentos mediante la entrega de becas de estudio en reconocidas instituciones en el mundo.

Actualmente alumnos de En Pro del Talento Veracruzano (ProVer), los cuatro regresaron al país con un cúmulo de experiencias que a Alec le lleva a comprender que “tenemos la oportunidad de hacer las cosas una sola vez y que tenemos que vivir al máximo cada uno de esos momentos”.

Jorge Emilio en su participación. Foto de cortesía
La lección que le deja la competencia, en la que tuvo una actuación solista en la categoría Junior (de 12 a 14 años) y en el grupo que presentó “Rapsodia Bohemia”, de Josué Rebollo, es “tratar de convertir cada experiencia obtenida en un nuevo punto de partida que represente una victoria personal y el compromiso de una renovada determinación de seguir adelante, pase lo que pase”.

También agradece “a mis maestros por su entrega y apoyo, ya que sin ellos nada de esto sería posible”.

De vuelta a las aulas en Córdoba, se ha propuesto “esforzarse para bailar mejor y fluir más en lo que hago”.

Alec, Braulio y Jorge Emilio (segundo, tercero y séptimo de la izquierda) con compañeros de ProVer
en el ensamble “Rapsodia Bohemia” en Nueva York. La fotografía es de cortesía

Valentina fue seleccionada en noviembre de 2017 para concursar como solista y en dúo en las finales del YAGP, en la categoría Junior. De esta experiencia extrae la lección de “jamás conformarte con tu trabajo y, si ya lograste algo, hacer otra cosa y practicarla hasta perfeccionarla”.


Valentina con la maestra Annarella
Sánchez y su hija Margarita
Fernandes. Fotografía de cortesía
“Muy importante: siempre saber que van a haber mejores bailarines que tú, pero si crees en ti y tienes fe en todo lo que has trabajado para llegar a ese escenario vas a lograr tu objetivo y quedar satisfecho contigo mismo”.

En adelante “me gustaría trabajar tanto mi línea como mis giros”.

Jorge Emilio coincide con Valentina en el propósito de enfocarse en sus giros. En el YAGP aprendió que “siempre va a haber alguien mejor que uno y que se debe trabajar mucho más duro para superarlos”.

“Me siento muy contento de haber participado en un concurso tan importante a nivel mundial y poder representar a México”.

Jorge Emilio, quien compitió como solista en la categoría Senior (de 15 a 19 años) y en el ensamble de “Rapsodia Bohemia”, recibió becas de estudio en la Academia del Ballet de Houston y en el Conservatorio Harid de Boca Ratón, Florida.

Para Braulio, formar parte del grupo de “Rapsodia Bohemia”, que los jueces colocaron en el Top 12 de ensambles del concurso, fue “algo increíble pues nunca había bailado una coreografía en un escenario tan grande como lo es el Lincoln Center”. Con eventos como éste “uno adquiere nuevas experiencias”.

“El trabajo fuera del salón es importante para mejorar mucho más”, opina Braulio, quien en una forma “supercasual, en el metro”, tuvo la oportunidad de conocer a Daniil Simkin.

Lo que desea ahora es “seguir entrenando para que en unos años más pueda aspirar a entrar a una compañía”.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Laura Alonso: “El amor hace milagros”

¿Pole dance en Mérida? ¡Claro que sí! ¿También para los varones? ¡Por supuesto!