Nubia González, a las filas del Ballet de Jalisco


Nubia González Rivero en la variación de "Paquita" durante la Competencia de Ballet y
Danza Contemporánea de Bari, en marzo en Italia. Fotografía de Clarissa Lapolla
Cuando Nubia González Rivero lea esto estará a miles de kilómetros de distancia de la casa familiar. Se encontrará en Guadalajara, viviendo su primera jornada como aprendiz del Ballet de Jalisco, compañía a la que fue invitada a unirse como resultado de su actuación en la Competencia Internacional de Ballet y Danza Contemporánea “Domenico Modugno” en Bari, Italia, en marzo pasado.

En salones de Milne Academia de Danzas
En ese concurso, la bailarina yucateca, alumna y maestra de Milne Academia de Danzas, compartió con la estadounidense Deanna Pearson el tercer lugar de la categoría profesional en danza clásica, después de presentar las variaciones de la esclava de “El corsario” y del personaje principal de “Paquita”.

Los buenos resultados en certámenes es algo a lo que Nubia, de 24 años, está acostumbrada, pues, como lo recuerdan ella misma y las maestras Milne y Gabriela Barrera Mañé, ya de adolescente comenzó a destacar en pruebas en el Estado, como las de la CIAD y la “Noche de talentos infantil y juvenil” (en éste ganó el tercer lugar en el grupo de 13 y 14 años), y en otras entidades, entre ellos el Interdanza (regresó con varios reconocimientos, como el de la mejor técnica) y el “Attitude”.  

Aunque “siempre me ha gustado bailar”, dice, fue alrededor de los 18 años que “empecé a echarle más ganas y dije: ‘Sí lo quiero hacer bien’”.

En la variación de la esclava de "El corsario", en Bari.
La fotografía es cortesía de Clarissa Lapolla
Tenía 10 años cuando, procedente de la gimnasia rítmica, se inscribió como alumna en Milne Academia de Danzas. “Poco a poco me empezó a gustar cada vez más ir a clases y luego me dieron la oportunidad de entrar a la Compañía Infantil de Danza (de la misma escuela). Me gustó porque podía bailar más seguido cosas que no eran nada más mi clase”.

A finales de 2017 Nubia fue seleccionada, junto con otras estudiantes y maestras de la academia, para participar en el certamen en Bari por el profesor Valentín Bartes, quien había viajado a Mérida a impartir un curso. La competencia, les explicaron, podía ser la puerta de acceso a una compañía profesional.

La maestra Milne Barrera Mañé con Nubia y Susana
Sánchez Romero, quien también destacó en Bari
A Nubia el dintel que franquea la conduce a la compañía jalisciense, que dirige Dariusz Blájer. El período como aprendiz lo debió comenzar el martes 1 pasado, pero lo retrasó una semana para terminar de cumplir compromisos en la ciudad, entre ellos presentar el examen de grado de Química Farmacobióloga en la Universidad Autónoma de Yucatán.

“Cuando llegué a la edad de elegir carrera”, explica, “empecé a ver mis opciones. Me gustaba mucho el área de la salud, pero no me interesaba Nutrición y con Medicina era estudiarla o continuar con el ballet”. El ejemplo que había recibido de una maestra de Química y Biología la animó a seguir una preparación en este campo, que, a pesar de sus exigencias, le permitió continuar en la danza. “No quería dejar de bailar”, subraya.

En la variación de Giselle en la clausura del Yucatán
Dance Stage, el 8 de abril en el Peón Contreras
“Pues sí, sí quiero” ser bailarina profesional, afirma. Por esa razón, si en junio próximo, cuando sean las audiciones en el Ballet de Jalisco, no obtiene una plaza en la compañía buscaría un lugar en otra agrupación. “Quisiera intentar todo lo que yo pueda dar”, señala Nubia.

Bailar en su tierra natal –hasta su partida fue integrante de la Compañía de Danza Clásica de Yucatán– es algo que “sí me gustaría”. “Si en un futuro se da la posibilidad de regresar y seguir bailando también lo podré considerar”.

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