Triana Botaya: “Siempre tuve muy claro que mi mundo era el ballet”



Triana Botaya en escena. Fotografía de cortesía
“Lo que siempre tuve muy claro es que mi mundo era el ballet y estaba dispuesta a lo que fuera por él”. Para Triana Botaya, “lo que fuera” incluía separarse en la adolescencia de la familia para estudiar danza clásica en Cuba, aceptar la invitación de Víctor Ullate para formar parte de su compañía en Madrid, actuar durante cinco años con el Ballet de David Campos en Barcelona y dejar España para probar suerte en el Balletto del Sud en Italia.

En la función de clausura de Yucatán
Dance Stage, el 27 de abril
En estos días, la bailarina, originaria de Ciudad de México e invitada a las ediciones 2018 y 2019 de Yucatán Dance Stage, programa de formación integral encabezado por el maestro Pepe Lizama en Mérida, se encuentra en Inglaterra para preparar audiciones.

“Cada día es un sacrificio estar y permanecer en la gran élite europea”, admite Triana a “Yucatán baila”. “Pero cuando me vengo abajo siempre recuerdo que soy más valiente de lo que creo, que quiero llegar más alto y que necesito dejar bien claro quién soy, de dónde soy ¡y la bailarina que soy!”.

El ballet la atrapó cuando tenía dos años de edad y en el televisor de un supermercado vio una transmisión de “El lago de los cisnes”. Su mamá Elena de Haro (actriz fundadora de la compañía Teatro Gótico) le explicó que eso era ballet y “yo le pedí que se quedara conmigo la hora y media que duró la proyección; cuando terminó le dije señalando a las bailarinas: ‘Mamá, ¡yo eso!’”.

Con Léster González, en Mérida
Un año después ya asistía a clases de danza y al cumplir los 11 ingresó a la Escuela Nacional de Danza Clásica y Contemporánea del INBA. A los 16 fue elegida para estudiar becada en la Escuela Nacional de Ballet de Cuba, de la que se graduó en 2011 con Título de Oro.

“Conocí en mi último año en Cuba a Víctor Ullate. Él, sabiendo que terminaba ese curso, me invitó a formar parte de su joven compañía en Madrid. Recién graduada di el salto a Europa y estuve un año entero trabajando con él”, recuerda.

Luego se unió al Ballet de David Campos, en el que en cinco años pasó de aprendiz a primera solista, y se presentó como invitada especial del Barcelona City Ballet. En 2018 se integró al Balletto del Sud en Italia como solista y con él ofreció más de 60 funciones.

En "Um contra o outro", coreografía de Pepe Lizama
“El desafío más grande que uno tiene como bailarina, en formación y a lo largo de su vida, es levantarse cada día más fuerte que el anterior, con más determinación que el anterior, con ganas de superar y afrontar los dolores físicos y emocionales”, indica.

Para ella, el reto emocional más grande hasta ahora ha sido “ver cómo mi mamá, después de despedirse de mí en las escaleras de la Escuela Nacional de Ballet de Cuba, se iba alejando y yo debía entrar a clases, sin saber cuándo podría volver a verla”.

Poder hacer carrera como bailarina en Europa es algo que atribuye, “para empezar, al apoyo incondicional que he tenido siempre de mi familia”, que “ha conseguido lo que no tenía para mandarme adonde yo quería ir para formarme”.

En "La saeta"
Pero también admite que “me cuesta mucho quitarle la imagen a la gente de que nuestro país solo es el tequila y los mariachis, es muy triste cómo se devalúa generalmente a Latinoamérica en otros países”.

“Creo que el problema viene de fondo y si desde nuestro país no somo reconocidos y valorados como es debido la lucha es doble”.

“Me gustaría que fuera una decisión por conveniencia o gusto marcharse de México para conseguir escenarios. Es muy triste, pero también de valientes, superar las barreras y dificultades, y atreverse por necesidad y sentido de supervivencia a buscar opciones fuera del país con tal de llamarse bailarín digno”.

El dueto de "Coppelia" con Léster González
El Yucatán Dance Stage ha permitido a Triana bailar en México, pues ha formado parte del elenco de las galas de clausura del curso en Mérida, ciudad a la que conoció con motivo del mismo programa. “Habiendo amado tantísimo Cuba, mi abuelo me dijo que me recordaría mis tardes habaneras de adolescente… ¡y no se equivocó! ¡Me encanta Mérida, sobre todo su adorable gente!”.

En Yucatán “hay muchísimo talento, ¡más de lo que piensan y saben!”, asegura.

“Nada me gustaría más que poder estar cerca de mi familia y en mis tierras, pero sinceramente no me veo futuro próximo en México. Ojalá pudiera terminar en algunos años mi carrera profesional en mi país siendo reconocida por mi trayectoria. Mientras tanto, como lo he dicho antes, a no vencerse ¡y dejar bien en alto nuestra bandera del otro lado del Atlántico!”.



Comentarios

  1. Fue profe mía en Barcelona en el curso de adultos en la escuela de David Campos, un amor de persona, una chica excelente, genial como profe, siempre dispuesta a ayudar y escuchar, a crear...y como bailarina una crack total!!!!

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