Concierto corporal del tercer Grupo Especial Becado

La maestra Lourdes Luna dirige un mensaje al finalizar la presentación de "Opus 15. Concierto para cuerpo
en Do Mayor". Junto a ella, al frente, los graduados Paola Ricalde Canto, Ximena García Cetina, Marcos
Elías Cocom Medina, Hannia Verónica Ramírez Gómez y Gabriela Montserrat Jiménez Espinoza
 


Cuando los maestros Lourdes Luna y Alhlen Guillermo planeaban la función de graduación del tercer Grupo Especial Becado del Conservatorio de Danza de Yucatán acordaron que la última experiencia del programa para los cinco egresados se relacionara con el simple goce de bailar.

Pero a las cualidades de “Opus 15. Concierto para cuerpo en Do Mayor” habría que añadir el goce de ver bailar. Porque como lo señaló el director de Cultura municipal, Irving Berlín Villafaña, al finalizar la presentación de estreno del lunes 24 de junio en el Teatro José Peón Contreras, la obra es de ésas que da gusto observar.

Y lo es así por su frescura y vitalidad; por darle espacio tanto a lo eufórico como a lo pausado, al divertimento como a la lírica; por demostrar que se puede ser entretenido con los recursos serios de la danza contemporánea y la música clásica.

 “Opus 15” se desarrolla con un concierto para orquesta como idea conductora. Al inicio de la obra, el elenco de 15 ejecutantes, recostado en el suelo, se mueve suavemente mientras se escuchan instrumentos que afinan, una imagen que evoca el despertar del cuerpo y lo equipara con la preparación para interpretar música.

Algunas alusiones al conjunto sinfónico se valen de la mímica, como cuando Eduardo Macías López se coloca de pie sobre una silla y de espaldas al público para dirigir al grupo de bailarines-instrumentos y cuando éstos asumen la condición de concertistas y cuerdas que accionan y reaccionan a un arco imaginario.


Otras veces hacen visible lo inmaterial: lo que comienza como un ejercicio de respiración se convierte en un maridaje de movimientos y exhalaciones audibles que, sobre el “Claro de luna” de Debussy como fondo, devienen soplos inductores del desplazamiento de los bailarines.

Gabriela Jiménez interpreta el Ave María
La obra se nutre de música instrumental y canciones grabadas con las que los ejecutantes sincronizan los labios, exceptuando el  Ave María de Schubert que Gabriela Montserrat Jiménez Espinoza –una de las graduadas– interpreta en alemán y al que añade instantes humorísticos por medio de expresiones de tedio y abatimiento, mientras detrás suyo baila un grupo de compañeros.

No todas las escenas se construyen a partir de composiciones clásicas. Las hay también que generan su propio fondo sonoro –es el caso de un duelo de tap– y las que son arropadas por temas pop, entre ellos una versión de “Rapsodia bohemia” con voces femeninas y masculinas y “I Will Survive” de Gloria Gaynor, con la que cierra el programa entre globos y papeles de colores.

Al terminar la función de estreno, la maestra Luna y el equipo docente del Conservatorio de Danza de Yucatán entregaron diplomas a los graduados, que, además de Gabriela Montserrat, son Hannia Verónica Ramírez Gómez, Ximena García Cetina, Paola Ricalde Canto y Marcos Elías Cocom Medina.

En la presentación también participaron Sofía Rivero Díaz, Raquel Aurora Chávez Soberanis, Ana Karen Echeverría Escalante, Alam Naresh Poot Cauich, Valentina Salazar Lizcano, María Guadalupe Peraza Herrera, Lisa Torres Luna, Alina Fonseca Fernández y Hannah Valle Domínguez.

Bailarines, maestros y directora del Conservatorio de Danza de Yucatán, y funcionarios invitados


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