En busca de una colaboración dancística entre Yucatán y Alemania

Dorothea Eitel en “deFence”, coreografía de Max Bilitza. La fotografía es de Teresa Grünhage


No estaba en su lista inicial de países a visitar, pero México terminó por enamorar a Dorothea Eitel.

En Chiapas, la coreógrafa alemana y su pareja, de viaje por el mundo desde 2017, descubrieron prácticas productivas y sociales que coinciden con las ideas que ellos tienen sobre la vida económica y colectiva, como el rechazo a semillas transgénicas, el respeto a los derechos de las mujeres y la autogestión de pequeñas comunidades.

Fue entonces que decidieron establecerse en el sur del país y desarrollar un proyecto de economía autosostenible. En la búsqueda del sitio definitivo en el cual instalarse, en febrero y marzo pasados recorrieron ciudades de la Península, donde Dorothea entró en contacto con exponentes de la danza en la región, con los que le gustaría trabajar en una propuesta conjunta.

La coreógrafa en foto de Wolfgang Detering
“Estoy muy feliz de haber venido porque veo que hay una escena joven y fresca de arte contemporáneo, con mucha gente motivada”, le dijo la coreógrafa a “Yucatán baila” en los días finales de su visita a Mérida. “Lo triste es que están igual de ocupados con las solicitudes de financiamiento y tienen la misma dificultad para obtenerlo que en Alemania”.

“Aquí algunos tienen otros trabajos. Los alumnos estudian cosas completamente diferentes en la escuela y de la tarde a la noche bailan. Se necesita mucha pasión para sobrevivir a ese estilo de vida. Eso me hace ver que la gente en verdad, en verdad quiere bailar y hace todo lo que puede para lograrlo”.

“En comparación con Alemania, la danza está muy integrada en la cultura mexicana, así que es muy normal bailar. Es un asunto cultural. ¡Son buenos bailarines en México!”.

La preocupación por obtener recursos para sus proyectos artísticos fue lo que en 2017 motivó a Dorothea a dejar su país. “Después de 10 años de trabajar con mi compañía (urbanReflects) perdí mi camino como artista porque siempre llenaba las solicitudes de la manera en que sabía que me darían el dinero. Pero no era lo que me gustaba hacer. En un punto me di cuenta que había perdido totalmente el camino, no quería volver a hacer lo que los evaluadores me pedían, porque como artista debes ser libre, estar abierto a los temas que surjan en la sociedad, a lo que observas”, explicó.

“Mi deseo es que cuando vivamos lo más autososteniblemente posible tengamos mucha libertad para crear el arte que queremos. En Alemania vivir de manera autosostenible es realmente difícil, primero por el clima: tenemos inviernos muy largos y solo tres o cuatro meses para cultivar alimentos y cosechar”.

En “Recall 1.6”. Foto de Volker Hartmann-Langenfelder 
Formada en la Universidad de Música de Trossingen, la Escuela de Danza, Improvisación e Interpretación de Friburgo y con el músico Romeo Alavi Kia, Dorothea se dedica desde 2008 a la creación coreográfica, desde la cual defiende que el arte debe “ser accesible para todos y comprensible para todos, sin importar la educación que tengas o si hablas o no el lenguaje”.

En ese sentido, recordó su proyecto “Testlabor Turley under Turley Thursday”, que durante un semestre de 2013 llevó al cabo en el picadero del antiguo cuartel del ejército estadounidense en la ciudad de Mannheim. En el sitio donde antes se entrenaba a los caballos instaló un escenario e invitó a artistas a ofrecer talleres, trabajar en una obra experimental, improvisar y presentar coreografías.

“Alrededor de nosotros todo estaba en construcción. Había trabajadores de Polonia que no entendían el idioma alemán y nunca habían estado en contacto con el arte, especialmente el contemporáneo, pero nos vieron ensayar y nos preguntaban cuándo iba a ser la siguiente función. Vinieron con una botella de vino, se sentaron y nos dijeron: ‘Nos gustó’. Eso es a lo que me refiero: puedes atraer a la gente a este tipo de arte, solo hay que preguntarse cómo se lo proporcionas y cómo la involucras. El arte no es para nada algo elitista”.

¿Qué es lo que deseas conseguir a través del movimiento?

Vengo de la danza contemporánea, pero eso no significa que éste sea el único lenguaje que quiera utilizar. La pregunta no es ¿qué tipo de danza quiero?, sino más bien ¿qué es lo que quiero decir? Cómo lo puedo decir con diferentes tipos de movimentos es lo que me preocupa. Desde luego, tengo referencias estéticas; me encantan los movimientos de cuerpos atléticos, acrobáticos y que tengan mucha acción. Cuando trabajo con los bailarines les digo que no se trata de verse bien, sino qué queremos expresar, incluso puede ser algo muy feo, no importa. Trabajo de manera muy estética: la forma, la sincronización, la precisión, cómo las cosas se conectan unas a otras, patrones, motivos.., son cosas con las que soy muy estricta. Para mí esto crea belleza.

“Recall 1.6”. Foto de Volker Hartmann-Langenfelder
¿Trabajas con bailarines sin formación?

Para ser honesta, amo trabajar con bailarines muy aptos, porque con ellos tengo la completa libertad de crear lo que yo quiero, si no los tuviera mis posibilidades serían limitadas. Pero también depende de la obra, he creado obras con semiprofesionales, adolescentes, niños y no profesionales, pero para mí esto es más bien trabajo pedagógico. Para trabajar profesionalmente mi tarea como coreógrafa es ver las fortalezas de la gente e integrarlas en la obra para que puedan brillar. Trato de evitar a la gente por la que dirían: “Sí, hizo lo mejor, pero pudo dar más”. Si quiero la mayor libertad como coreógrafa necesito bailarines muy hábiles.

¿Sigues bailando?

Nunca me he llamado bailarina. Desde luego, tengo educación en danza, soy capaz de bailar y he estado muchas veces actuando en el escenario; pero me concibo más como intérprete o improvisadora.

* * *

Dorothea tiene el deseo de regresar a Mérida en el verano y concretar propuestas que en su primera visita no consiguieron hacerse realidad. “Hice algunos contactos, surgieron algunas ideas. Escribí al Instituto Goethe, así que es posible que hagamos algo entre México y Alemania. Quiero ofrecer algunos talleres. Deseo volver y colaborar”.

Para facilitar que vean la luz esos planes, que van desde dar clases y talleres hasta presentar obras, la coreógrafa ofrece cubrir sus gastos personales y remuneración, una condición que mantendrá hasta el próximo año. “Sería maravilloso que me invitaran, tal vez con una pequeña ayuda para encontrar hospedaje barato o que me dieran un cuarto pequeño. Espero que a la gente le guste mi trabajo”.

Los interesados en ponerse en contacto con Dorothea pueden hacerlo por correo electrónico en la dirección kontakt@company-urbanreflects.de.

Conoce más de su trabajo en http://www.improwork.wordpress.com.


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