Fabienne Lacheré: "Si lo que te gusta es la danza con D mayúscula, pues ¡a bailar!"

 
La maestra Fabienne Lacheré, en Mérida
Las palabras de Fabienne Lacheré fluyen de manera tan ágil como directa. Se declara contraria a que los jóvenes bailen obras de repertorio y le reduzcan la dificultad para que su edad y aptitudes sean capaces de acometerlas. No está a favor de las licenciaturas de ejecutante, “porque creo que lo de ejecutante es aquí y ahora”. Y observa entre las nuevas generaciones “un fusil de mucho de lo que nos traen las grandes estrellas pero sin ese bagaje tradicional formativo inicial y ésa es mi gran inquietud: ¿por dónde va a ir la evolución de la danza?”.

Con los organizadores del Conadi 2017: Manuel Berzunza,
Alma Rosa Cota y Mabel Pavía. Fotografía: Conadi
La maestra Lacheré, directora de los certámenes “Attitude” y “Developpé” y de la Escuela Francesa de Ballet (EFEL), fue uno de los jueces del Concurso Nacional de Danza Interdisciplinaria (Conadi) que se realizó en mayo pasado con organización de Alma Rosa Cota, Mabel Pavía, Héctor Hernández y Manuel Berzunza. A Mérida ha venido en anteriores ocasiones; de hecho, una visita hace unos 15 años para asistir como público al Concurso Panamericano de Danza (convocado por Carmita Cerón) la expuso a los puntos de vista de los diversos involucrados en este tipo de competencias y contribuyó a darle perspectiva para crear el primero de los suyos en 2005.

“Me di cuenta que, bien enfocado, un concurso puede ser una herramienta, no obligatoria ni indispensable, pero sí una más para el crecimiento del ser humano”, dice.

A la perspectiva abonaron también el rechazo a una alumna en la preselección con vídeo
Durante una clase en el marco del
Conadi, en mayo. Foto: Conadi
en un certamen en México (“lo viví como un fracaso, la niña ni se diga; de repente me hizo tomar conciencia de la responsabilidad y fortaleza que requería ser entrenador”) y su posterior aceptación en otra competencia en Francia, 
país de nacimiento de Fabienne, con “una eliminatoria muy feroz, pero los participantes tenían la seguridad de subirse al foro dos minutos”.

“Hubieran hecho, como dicen coloquialmente, el ridículo, hubieran sido eliminados, había una garantía de ganancia: ‘Estuve dos minutos solo en el foro y aprendí algo, independientemente del veredicto del jurado, que es muy subjetivo; me conocí más’”.

“El modelo me convence” y lo replica en México por primera vez con “Attitude”. En 13 años de dirigir esta cita nacional y formar parte del jurado de otras convocatorias ha notado con preocupación una “pobreza de uso de la gran riqueza de pasos que existen” en el ballet. Pone de ejemplo su más reciente experiencia en esta ciudad: “Vi unas cuantas glissades, unas bien hechas, otras no tan bien; vi un pas de bourrée y cuando mucho vi un assemblé, un sissone por ahí, pero nada más. Vi lanzamiento de piernas a más no poder, extensiones de piernas totalmente descuadradas, cuando la esencia del ballet es la colocación; no vi un dehors, que es la esencia del ballet académico tradicional…”.

De la categoría de repertorio piensa que “hay bastante vocabulario para armar una variación libre de ballet académico con el rigor de ejecución de los pasos que existen sin tener que hacer un repertorio menos difícil; por algo es repertorio”.

Al micrófono con concursantes en "Attitude". Foto: Attitude Danse
Y, sin embargo, se confiesa “impactada de la condición física, tanto flexibilidad como fuerza, con cuerpos maravillosos, bien dotados; impactada por la producción escénica, vestuario, maquillaje, y agradablemente agradecida por la energía, las ganas de bailar; no he visto ningún participante que no esté rebosante de alegría, de disfrute de la danza; qué maravilla”.

Su segundo certamen, “Developpé” –centrado en la danza clásica de nivel amateur, sin puntas–, surgió hace dos años “porque me di cuenta que muchos maestros, no sé si no tienen el conocimiento o lo tienen pero no lo aplican, al montar una coreografía hacen poco uso del vocabulario del ballet. El modelo es una variación obligada construida inicialmente por mí. El ‘Attitude’ es en Ciudad de México; con ‘Developpé’ yo soy la que me desplazo”. La primera edición de esta competencia debió efectuarse en Mérida, pero la escasa respuesta obligó a cancelarla.

Con el maestro Fernando Alonso en Cuba, en 2012.
Fotografía: Escuela Francesa de Ballet (EFEL)
“Al darse cuenta varios maestros en otras ciudades de la dificultad que afrontaron para replicar una variación que no es creación de ellos empezaron a pedir cursos de formación metodológica. Muchos maestros me comentaron: ‘A mí no me enseñaron eso, yo estoy enseñando como aprendí’. Ésta es la bandera que decidí agarrar: tradición, rigor, conocimiento de la riqueza de lo anterior para luego hacer otras cosas”.

Un certamen de danza “es una herramienta pedagógica y personal innegable pero requiere una reflexión y trabajo de equipo: ¿a qué tipo de concurso ir?, ¿leí la convocatoria?, ¿sé de qué se trata?, ¿es el concurso de moda, el de mayor prestigio?, ¿a qué voy?”.

“La danza a nivel amateur es una herramienta pedagógica de desarrollo de habilidades cognitivas, nos ubica en el espacio, nos da relaciones de sociedad, nos permite la deducción, la inducción, la lógica, la estrategia, la planeación; es una herramienta maravilllosa y no a fuerza tengo que llegar al profesionalismo para utilizarla”.

Ex bailarina y ex maestra ensayadora de la Compañía de la Nacional de Danza, admite que
En el anuncio por radio de una función de la Escuela
Francesa de Ballet en Querétaro, en 2013. Foto: EFEL
“nunca fui niña de concurso: empecé tarde, no tengo la figura, no tengo la estatura”. “Me dijeron a los 15 años: ‘¿Bailarina? Nunca. Con esa estatura, con ese cuerpo…’. Y, sin embargo, a mis 58 años sigo en la danza de, por, para… las preposiciones que se quiera. Sí hubo que acotar metas a base de trancazos, llantos, frustraciones y reflexiones. En Francia me gradué a los 18 años con 1.59 metros y no había ninguna audición para compañías importantes. Sin embargo, estuve trabajando muchisisísimo dos años, no en el nivel con el cual soñaba, pero en lo que me fogueaba estuve en el foro todos los fines de semana con obras diferentes. Aprendí mucho”.

Además del ballet con la CND “la vida me regaló la opción de otro género; tuve la oportunidad de ser bailarina fundadora de la compañía de la maestra Ema Pulido, Ballet Jazz-Mex, y dije: ‘Wow, , estoy abordando la danza como nunca la había abordado en el ballet’. Me topé con gente que decía: ‘Ay, pero en jazz...’. ¡En lo que sea! Tuve la fortuna de estar sola en la Alhóndiga de Granaditas en un Cervantino y, sí, no estaba haciendo Aurora ni Giselle, pero estaba en el foro, sola, bailando”.

“No hay un género que sea mejor que el otro.  Si realmente lo que te gusta es la danza con D mayúscula, pues ¡a bailar!; si no es ballet no te interesa, es válido también pero te cierras a muchas cosas”.

En un momento del concurso "Attitude". Foto: Attitude Danse
En su trayectoria figura asimismo el teatro musical, con obras como “Mame” y “El fantasma de la ópera”. “Nos pedían cantar y bailar en esa obra con Silvia Pinal, un monstruo escénico, nomás con estar al lado de ella uno aprende. Teníamos 9 números musicales: charleston, tap, ballet, y teníamos que saber hacer un poco de todo”. A la semana ofrecían 9 funciones: una de martes a jueves y dos de viernes a domingo. “Ahí aprendí otro aspecto de la danza. No puedes perder la frescura, la entrega; cada función tiene ser como tu primera función porque para el otro (el espectador) es la primera”.

La edición 2017 de “Attitude” se realizó en marzo pasado. En noviembre próximo será “Developpé” en cuatro sedes: Veracruz, Zacatecas, Guadalajara y Tijuana. ¿Volvería a intentar efectuar el certamen en Mérida? “No lo sé. De que se puede se puede. Tendría que presentarlo otra vez pero no con los márgenes de riesgo que invertí la primera vez. A lo mejor hay que pensarlo de otra manera y ver si la otra manera no afecta lo que estoy defendiendo”.

Este artículo fue actualizado el martes 27 de junio de 2017.

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