Luis G. Cantón: "El arte trasciende fronteras"

Luis G. Cantón en una danza de los métis en el Coastal First
Nations Dance Festival de 2013. Foto de Chris Randall

El impulso de descubrir un país nuevo llevó a Luis G. Cantón a hacer las maletas y mudarse a Vancouver, donde durante más de una década el yucateco ha dado continuidad a su trayectoria como bailarín de danza teatro, en la que incluso ha incursionado en la danza folclórica canadiense y como background performer en la película “Married Life”, donde se ganó un elogio de Pierce Brosnan.

Una imagen de Luis ilustró  el promocional de la celebración
de la fiesta de San Juan Bautista en 2016. Foto cortesía
“La manera con que me he identificado con la comunidad métis (mestiza) es muy interesante”, cuenta Luis, quien procede de una familia de raíces francesas, españolas y mayas. “Aquí (en Yucatán) se niega un poco la parte indígena; el mismo problema tuvieron ellos. Me identifiqué mucho porque a veces en Canadá no eres ni totalmente blanco pero tampoco totalmente indígena”.

El despertar artístico de Luis Carlos G. Cantón Rocher se dio cuando era niño y vivía en Progreso, cerca de la academia de danza “Lupita González”. Cuando pasaba por ahí “me sentía muy atraído al ver a los alumnos bailar tap”. Pero “por cuestiones de la sociedad machista de aquella época mi familia se oponía a la idea de que tomara clases de danza. Tuve que reprimir ese deseo hasta los 17 años, cuando terminé la preparatoria y comencé una rebelión en mi vida desde muchos ángulos: la de luchar por quien quieres ser y no quien la sociedad te dicta”.

“La separación de mis padres cuando apenas tenía 9 años y los años subsecuentes de
En su visita de marzo a Mérida, por
el rumbo de Santiago

abuso emocional que viví en mi adolescencia, algunas historias de bullying y el hecho de que te vuelves un guerrero de manera obligatoria e involuntaria cuando tus padres deciden rehacer sus vidas te deja en una posición bastante vulnerable. El arte fue mi salvación para transformar mi vida de una manera constructiva”.

En el Centro Estatal de Bellas Artes se inscribió a las clases de teatro y después a las de jazz, y al concluir esta última disciplina cursó danza contemporánea. “El contemporáneo tiene mucha danza teatro. Hay una parte muy actoral que tengo y sentí que se ajustaba más a lo que me gusta”, explica. Por solicitud familiar estudió de manera paralela una carrera alterna, que él decidió que fuera Turismo, pues viajar “es la otra cosa que me encanta aparte de la danza”.

En los años de preparación académica y los primeros de ejercicio profesional hubo invitaciones a actuar, entre otras agrupaciones, con la Comedia Musical de las Américas de Guillermo Hernández, en Guadalajara; el Ballet Teatro de Mérida en la obra “Cri Cri vuelve a cantar”, la Compañía de Danza Contemporánea de Yucatán en la reposición de “Laura” de Marie LeCoq y “Evocaciones” de Javier Romero, Jorge Faz Dance Company y el proyecto “Sajil” que Arturo Medina dirigió en el marco de Mérida Capital Americana de la Cultura 2000.



En "Greed/Resolve". Fotografía de Chris Randle
También trabajó en equipos de animación de hoteles de la Riviera Maya, como bailarín principal de un programa conmemorativo de la Independencia en Chetumal, co-coreógrafo del dueto “Desde el lado oscuro” de la compañía Signus Corporis en el Festival Avant Garde 2001, y maestro en el Instituto de Artes Escénicas de la capital de Jalisco (de jazz y danza contemporánea), el Centro Cultural de las Bellas Artes de Chetumal (jazz) y las academias meridanas Coppelia, Lumahai y Cascanueces (contempojazz).

Estas experiencias quedaron atrás cuando decidió instalarse en Vancouver, adonde llegó
Con Byron Chief-Moon y Olivia C.
Davis, de Collective Consequence, en
"Greed/Resolve". Foto: Chris Randle
en 2003 “a la aventura”, como él mismo admite. Encontrar su lugar en Canadá “me fue extremadamente difícil” y le ha requerido desempeñar “miles de trabajos” porque en ese país los contratos para bailar o dar clases se hacen por plazos cortos. “La mayor parte de las compañías de Canadá así funciona. No hay pago quincenal. Tienes que estar buscando contratos constantemente”, de ahí que también haya aceptado laborar de extra, como actor de comerciales, como asistente de maestro de danza para distrito escolar y como background performer en “Married Life”, cinta que le deja “el buen recuerdo de que Pierce Brosnan me dijo: ‘Eres muy buen bailarín, Luis’”.

El primer empleo que tuvo en su nueva ciudad fue como maestro de danza en el grupo de teatro Stage Door, integrado por personas con necesidades especiales. En 2006 recibió su primer contrato para actuar como bailarín de folclor y contemporáneo con la compañía V’ni Dansi, con la que desde entonces se presenta. Por su desempeño como ejecutante de bailes propios de los métis, esta comunidad le otorgó en 2015 un sash, el colorido cinturón que se ha convertido en el elemento más representativo del atuendo tradicional y “el máximo honor que le dan a una persona que ha hecho arte con ellos”. “Fue muy bonito, porque no soy mestizo de ahí, eso te habla de que el arte trasciende fronteras”.

En "Domesticating Monsters" de Lara A. Abadir. Foto de cortesía
Además, Luis trabaja frecuentemente con otros grupos, como Collective Consequence, que ya confirmó su participación en el Kanata Festival, en mayo, y el Queer Arts Festival, en junio, con la obra “Greed/Resolve”.

Fotografía de Chris Randle
“Greed/Resolve” es un ejemplo de los proyectos multidisciplinarios en los que con regularidad participa en Canadá: incluye diálogos y monólogos en lenguas indígenas, español (la intervención del yucateco) y, solamente al final, inglés.

Con V’ni Dansi estará el próximo miércoles 13 en el Canadian Opera Company’s Free Concert Series y tiene prevista una colaboración en danza teatro, que podría extenderse a las artes visuales, con la belga Lara Amelie Abadir.

Mérida también figura en su futuro. En su ciudad natal, a la que viaja cada seis meses, tiene el estudio Casa Simplicity, donde planea ofrecer cursos temporales el próximo año. También espera “tener un poco más de disponibilidad el siguiente invierno para dar las clases que algunas academias me han solicitado e involucrarme en proyectos locales”.

Volver a residir en Yucatán es algo que no sabe si haría. “Me voy a retirar aquí (Mérida), en definitiva”, asegura Luis, quien enseguida matiza: “Pero soy una persona algo nómada. No podría contestar si me mudaría de tiempo completo”.


Este artículo fue actualizado el martes 4 de abril de 2017.



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