El Taller de Danza de la UTM, en defensa de la identidad
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Alumnos del Taller de Danza de la UTM en el cuadro "Revolución", en abril pasado en el teatro "Carlos Acereto" |
Con cananas cruzadas,
rebozos, botas y rifles, jóvenes revolucionarios y adelitas festejan su
valentía, su trabajo esforzado, su misión cumplida. Se arrojan al baile en
grupo, en parejas, solos.
Entonces los hombres de la Revolución deben dejar a sus mujeres para seguir peleando por un nuevo orden de cosas. Toman sus rifles y se alejan. Ellas, ya sin compañía, se mueven con nostalgia y pesar. Y la noticia que tanto temen les llega: uno de los suyos ha caído en la lucha. El cuerpo del combatiente es llevado en hombros al campamento, donde es velado y su familia se despide de él.
“Hacer nada más una
coreografía para mí no tiene mucho sentido. El hecho de trazar una historia al
bailarín lo hace más hábil, tiene que aprender más porque tiene que estudiar lo
que está trabajando, y al público se le hace más ameno lo que está viendo”. Así
explica la maestra Elizabeth Novelo Esquivel la propuesta escénica que
desarrolla con alumnos del Taller de Danza de la Universidad Tecnológica
Metropolitana (UTM), que surgió hace un año y medio.
Entonces los hombres de la Revolución deben dejar a sus mujeres para seguir peleando por un nuevo orden de cosas. Toman sus rifles y se alejan. Ellas, ya sin compañía, se mueven con nostalgia y pesar. Y la noticia que tanto temen les llega: uno de los suyos ha caído en la lucha. El cuerpo del combatiente es llevado en hombros al campamento, donde es velado y su familia se despide de él.
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"Revolución" por el Taller de Danza de la UTM |
En el festival del Día de
la Danza que la asociación EquilibrArte realizó el 30 de abril en el teatro
“Carlos Acereto”, el grupo presentó el programa “Revolución”, cuyos bailes
siguen una línea argumental que determina su ritmo y sentido. “‘Revolución’ es
para mí un cuadro superespecial porque es didáctico. A pesar de que nosotros no
vivimos la Revolución como se vivió en el Norte, gracias a ellos y a la manera
en que se peleó es que tenemos lo que tenemos ahorita”, dice.
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La maestra Elizabeth Novelo Esquivel da indicaciones a las alumnas del Taller de Danza en instalaciones de la UTM |
Además de estos programas,
el Taller de Danza de la UTM tiene en repertorio bailes del Porfiriato y la
Danza del Venado, y ya prepara cuadros de Baja California Sur, Tamaulipas,
Nuevo León y Coahuila (kikapúes).
El taller se creó a
iniciativa de la maestra Elizabeth, quien había sido invitada a colaborar con
la UTM en clases de cardiosalsa. “Para mí una universidad debe tener un ballet
folclórico, cuando menos sus cuadros de Yucatán”, opina. Con miras a contar con
una agrupación de este tipo, propuso el taller para entrenar a sus futuros
integrantes entre estudiantes de la Tecnológica Metropolitana y otras escuelas,
como el Cobay y el Cbtis. “Empezamos con gente que no sabía bailar, hemos
empezado literalmente desde cero”. Sin embargo, está convencida de que “el que
no baila es porque no quiere, eso de ‘mi pie izquierdo’ no existe; he visto
gente que dices ‘nunca va a bailar’ y lo logra”.
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Durante un ensayo |
Con el inicio del nuevo
curso escolar se lanzará entre alumnos de reciente ingreso la convocatoria a unirse
al taller. “No soy muy exigente con el físico, lo único que les pido a mis
bailarines es que mantengan su peso ideal, por cuestiones de vestuario y para crear
la cultura de mantenerse saludable. La estatura para mí es indistinta, no está
peleado el talento con la estatura; lo importante es lo que hagas en escena, lo
que puedas transmitirle a la gente”.
Además de aprender los bailes,
la veintena de estudiantes desarrolla otras habilidades en el taller, como la
responsabilidad y el trabajo en equipo: “Ellos se encargan de repartir su
vestuario, tienen comisiones para que aprendan a socializar, porque si no
aprendemos a tolerarnos en un grupo de 16 gentes quiero ver que toleres a 40 o
50 en tu centro de trabajo…”.
El entrenamiento –se imparte
los martes, miércoles y viernes de 4 a 8 p.m.– incluye, junto con folclor, clases
de danza moderna para trabajar torso y abdomen y aprender
posturas, y pequeños ejercicio de teatro. También se enseñan ritmos cubanos para abordar las danzas de influencia antillana, como el danzón y el son. “La salsa se ha vuelto nuestro folclor”, admite la maestra Elizabeth. “Es con lo que estamos creciendo, antes ibas a la vaquería y bailabas jarana, ahora vas a una fiesta y bailas salsa”. Enseñarla a los alumnos requirió que éstos primero aprendieran “a agarrarse, a sentirse, a trabajar en equipo con la pareja; no puede ser que uno domine al otro porque ya no hay sincronía”.
posturas, y pequeños ejercicio de teatro. También se enseñan ritmos cubanos para abordar las danzas de influencia antillana, como el danzón y el son. “La salsa se ha vuelto nuestro folclor”, admite la maestra Elizabeth. “Es con lo que estamos creciendo, antes ibas a la vaquería y bailabas jarana, ahora vas a una fiesta y bailas salsa”. Enseñarla a los alumnos requirió que éstos primero aprendieran “a agarrarse, a sentirse, a trabajar en equipo con la pareja; no puede ser que uno domine al otro porque ya no hay sincronía”.
A escena
Además del festival de
abril pasado, el Taller de Danza se ha presentado en eventos de la universidad
y en el “remate” de Paseo de Montejo, que su directora considera “un
escenario maravilloso” y su favorito porque “va mucha gente a la que le gusta la
danza, va a disfrutar lo que haces”. Está previsto que en el Otoño Cultural,
que se inaugurará el miércoles 7 de septiembre, participe con el programa “Rostros
del Norte” en una función junto al Ballet Folclórico “Raíces”, que dirige Adrián
Cerda y del que la maestra Elizabeth fue integrante durante 12 años, después de
actuar por varios con el Ballet Folclórico de la Uady, al que regresó hace
cuatro.
Graduada de la carrera de
Cirujano Dentista y especializada en Docencia, en ambos casos por la Uady, la
maestra Elizabeth confiesa que ahora está un poco más dedicada a la danza, que
enseña (en los géneros de folclor y moderno) desde hace 11 años y para la cual cada
seis meses asiste a cursos de capacitación. “En (la Facultad de) Odontología
trabajé cuatro años en investigación, ahora enfoco lo que aprendí allá en la
investigación de campo en la danza”.
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Adelitas en el cuadro "Revolución" |
A pesar de lo que se ha
conseguido hasta ahora, admite que “la danza implica mucho trabajo y siento que
no se valora”. “Vemos 10 minutos de espectáculo pero el bailarín se la pasa 10
o 15 horas ensayando y a veces llega y ni agua le dan”.
“Una de mis ideas a futuro es hacer esto un poquito más redituable para el bailarín, porque éste es un trabajo y si lo quieres hacer bien tienes que venir y entrenar mucho tiempo”.
“Una de mis ideas a futuro es hacer esto un poquito más redituable para el bailarín, porque éste es un trabajo y si lo quieres hacer bien tienes que venir y entrenar mucho tiempo”.
“Acá es donde hay que
preparar a los alumnos para que en 20 o 30 años tengan sus ballets folclóricos
y puedan ‘venderlos’, recuperar sus gastos, porque el costo de vestir un cuadro
es impresionante”.
Uno de los aspectos en los
que pone énfasis es la comunicación entre los integrantes del taller para
resolver dudas y prevenir conflictos. “La gente deja de ver su novela por ir a
verte bailar ¿y le vas a dar una función mediocre?, no se vale. Nuestro trabajo
es hacer que la gente aprenda y se divierta. Cuando hay mal ambiente en el
grupo se refleja en una función”.
La maestra Elizabeth Novelo Esquivel con alumnos del Taller de Danza de la Tecnológica Metropolitana |
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