Kaaxankilil, salud emocional a través de la danza
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Malky Castro Zavala dirige una clase de movimiento vital expresivo. La fotografía es de Neyra Silva |
Los hechos de la historia personal que por no terminar de expresarse
han quedado “encapsulados” en el cuerpo Malky Castro Zavala los aborda con
terapia psicocorporal, aquélla que utiliza como herramienta a la danza, no como
recurso estético sino como “hecho de movimiento” que permite vincularse con el
propio organismo y sus necesidades.
Al proyecto Kaaxankilil lo creó hace un año
y medio con ese objetivo: que la gente se conecte con su cuerpo (“mi cuerpo dice
cómo estoy, cómo me siento”) y descargue tensiones e indecisiones, según
explica.
En las sesiones que ofrece como parte de un programa de tres
períodos hay una conexión con los sentimientos, sean de enojo, tristeza o alegría,
y “al mismo tiempo te vas renovando”.
“El cuerpo tiene toda nuestra memoria, registra nuestros
acontecimientos”, indica. Al trabajar con él se van deshaciendo “estos bloqueos
de la vida”, que cuando no se procesan de esta forma permanecen como nudos en el
organismo.
Malky en la sede de la compañía Tumàka't |
El sistema que Kaaxankilil aplica es el de Río Abierto, fundación con sede en Argentina que tiene al movimiento como principal herramienta terapéutica y en cuya escuela Malky se formó durante tres años al concluir su preparación en danza contemporánea en el Centro Estatal de Bellas Artes (CEBA), donde la práctica de la disciplina la había impactado internamente, pues la había hecho más lúcida, abierta, reflexiva. Ya graduada como instructora en técnicas psicocorporales regresó a Mérida y después de trabajar inicialmente con el nombre de Río Abierto adoptó el de Kaaxankilil, que en maya significa “búsqueda permanente”.
El proyecto pertenece a ese sistema, incluso este año se
incorporó a su red internacional, de la que también forman parte los otros dos
centros que aplican la metodología en el país, en la Laguna (Coahuila) y Ciudad
de México.
Río Abierto, indica Malky, se sostiene en tres pilares: el
masaje (“también tiene que ver con la conexión con el cuerpo, se ve como un
baile”), el movimiento vital expresivo y el trabajo sobre sí.
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El contacto físico es un recurso de las clases de movimiento vital expresivo. La fotografía es de Alejandro Atocha |
Kaaxankilil invita a experimentar el movimiento vital expresivo con clases de ejercicios guiados
y talleres (hoy viernes y mañana sábado Malky y Tania Solomonoff ofrecen “Plásticas en movimiento” en el local de la compañía de danza
Tumàka’t). La participación en las sesiones está abierta a todos los interesados jóvenes y
adultos, porque “todos podemos movernos y bailar”. La intención es que “no sólo
sea una experiencia bonita, sino que se pueda pasar al ‘me doy cuenta que…’”.
Las clases de una hora y media se acompañan con música de
todo tipo y empiezan con ejercicios de calentamiento, de descarga con apoyo en la
voz. Hay un momento en que Malky marca los movimientos a seguir y en otro los participantes
crean los propios. Se puede trabajar con
juegos, contacto físico, exploración de reacciones a situaciones imaginarias, en
pareja y en el piso.
“Hay gente a la que
le cuesta” alcanzar el objetivo, admite Malky, quien subraya que “a partir del trabajo con el cuerpo la
resolución de las cosas puede ser más efectiva”.
Kaaxankilil ya compartió su propuesta, entre otros, con
personal del Instituto Municipal de la Mujer, mujeres en situación de violencia, trabajadores de salud del Issste, padres de familia del Patronato Pro Niños con Deficiencia Mental y la
Subdirección de Salud Mental de los Servicios de Salud de Yucatán.
Para asistir a las sesiones se puede llamar al
9991-56-00-32, escribir a contacto@kaaxankilil.com.mx
o consultar su perfil en Facebook y Twitter y www.kaaxankilil.com.mx.
Este artículo fue modificado el viernes 24 de junio de 2016
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